
El antiguo arte de cultivar un bonsái se remonta a siglos atrás, especialmente en la cultura asiática, siendo adoptado más recientemente por otras culturas occidentales como una forma relajante y gratificante de jardinería. Ahora se utilizan a menudo como elementos decorativos en hogares y oficinas en todo el país. Cuidar de un árbol bonsái puede ser una tarea desafiante, sin embargo, cultivarlo brinda al cultivador la oportunidad de tener un papel contemplativo y creativo en el crecimiento de un hermoso símbolo de paz, vida y equilibrio.
Aquí hay algunos consejos sobre la mejor manera de cultivar y cuidar un árbol bonsái
Selecciona una ESPECIE
Existen muchas variedades de árboles bonsái y no todas son iguales. Dependiendo de tu clima, querrás determinar qué tipo de bonsái sería el mejor para ti. El clima en el que crecerá es muy importante; algunas variedades morirán en clima helado, mientras que otras realmente necesitan temperaturas bajo cero para crecer adecuadamente. Así que, antes de elegir una especie, asegúrate de haber investigado lo suficiente sobre el mejor bonsái para tu clima.
Selecciona el tamaño de tu bonsái
Los árboles bonsái pueden venir en una variedad de tamaños dependiendo de la especie. Cuando están completamente crecidos, pueden medir desde 15 centímetros hasta 90 centímetros de altura. Si estás cultivando tu bonsái desde una plántula o un esqueje, comenzará aún más pequeño. Los plantas más grandes, por supuesto, requerirán más espacio, agua, tierra y luz solar, así que considera todos estos factores al decidir qué tamaño de árbol bonsái te gustaría cultivar.

Selecciona una maceta
Una de las características más conocidas de un árbol bonsái es que se planta en una maceta pequeña para restringir su crecimiento, lo que le da su icónico tamaño reducido. Al elegir una maceta, asegúrate de que tenga suficiente espacio para que la tierra cubra las raíces. También quieres asegurarte de que la maceta tenga uno o dos agujeros de drenaje para evitar la pudrición de las raíces al regar. Elige una maceta que coincida con tu estética sin abrumar o distraer de la belleza del árbol en sí.
Prepara el árbol
Querrás preparar tu árbol seleccionado antes de plantarlo en la maceta elegida, a menos que, por supuesto, estés cultivando desde una plántula. Primero, verifica si el árbol ha sido podado a la forma que deseas. Si no, remodela el árbol a la forma deseada; puedes usar alambre envuelto alrededor de las ramas para ayudar a dirigir el crecimiento. Trasplantar puede ser estresante para las plantas, así que asegúrate de que tu árbol esté sano y en buenas condiciones antes de moverlo a la nueva maceta. Retira suavemente el árbol de su antigua maceta, asegurándote de no romper o desgarrar el tallo principal mientras lo haces; puedes querer usar una pequeña pala de trasplante para ayudarte. Quieres tener una vista clara de las raíces, despejando cualquier bulto de tierra alrededor de ellas. Cuando tengas una vista clara de las raíces, puedes comenzar a podarlas. Para asegurarte de que el árbol bonsái no crezca demasiado para su maceta, es necesario podar las raíces. Corta cualquier raíz gruesa o grande o cualquier raíz que esté orientada hacia arriba. Deja solo las raíces pequeñas y delgadas.

Prepara la maceta
Asegúrate de que tu maceta seleccionada tenga una nueva capa fresca de tierra que te dé la altura deseada para que el árbol se asiente. En la base de la maceta, deberías tener una capa de tierra gruesa, luego cubierta con tierra más fina para ayudar en el drenaje adecuado. Deja suficiente espacio para que puedas cubrir completamente las raíces del árbol con tierra.
Planta el árbol
Coloca el árbol en tu maceta preparada en la orientación y estilo que desees. Cubre la maceta con tierra fina, asegurándote nuevamente de que las raíces estén completamente cubiertas. Si lo deseas, puedes agregar una capa final de musgo o grava. Esto no solo es estéticamente agradable, sino que también puede ayudar a mantener el árbol en su lugar.

Cuidado de tu nuevo árbol bonsái
Trasplantar es un movimiento radical para un árbol. Por lo tanto, durante 2-3 semanas después de trasplantar tu bonsái, colócalo en un área semi-sombreada protegida del viento o de la luz solar intensa. Riega la planta, pero no la fertilices hasta que las raíces hayan tenido tiempo de restablecerse. Esto le permite adaptarse a su nuevo hogar.