
La equinácea, o coneflower, es una planta originaria de América del Norte, con grandes flores y que florece durante mucho tiempo. Es una de las plantas que ha demostrado su efectividad en aumentar la capacidad de defensa del cuerpo contra diversos agentes infecciosos. Esta planta se utiliza en la preparación de tinturas o suplementos alimenticios, sola o en combinación con otras plantas.
La flor de equinácea pertenece a la misma familia que la árnica, el caléndula y la manzanilla. Tiene colores maravillosos en naranja, rojo, rosa y amarillo. Las flores de equinácea son un excelente remedio contra muchas infecciones, con propiedades antibacterianas, antifúngicas y antivirales. En este artículo descubrirás más sobre:
* Historia y origen de la flor de equinácea
* Qué es la flor de equinácea
* Cómo cultivar y cuidar la flor de equinácea
* Efectos terapéuticos de la flor de equinácea
Historia y Origen de la Flor de Equinácea
La equinácea, especialmente la equinácea purpurea, es una planta nativa de América del Norte. En el siglo XIX, la planta se utilizaba comúnmente para tratar mordeduras de serpiente. La planta de equinácea es rica en fenoles, polisacáridos y aceites volátiles; además, se hizo conocida en Europa en la década de 1930.
La equinácea se encuentra naturalmente en nueve variedades, pero solo tres especies son las más populares por sus beneficios terapéuticos para diversas dolencias: Echinacea Purpurea, Echinacea Pallida y Echinacea Angustifolia.
¿Qué es la Flor de Equinácea?
La flor de equinácea se asemeja a las margaritas y ha sido reconocida durante mucho tiempo como uno de los remedios naturales más efectivos. También es muy apreciada por la belleza de sus coloridas flores.
La equinácea es una planta medicinal, originaria de áreas de pradera húmeda y seca de América del Norte.
Esta planta florece durante el verano y se puede reconocer por sus pétalos delgados en tonos de púrpura, rojo o naranja y es conocida popularmente como la margarita de colores.
Cómo Cultivar y Cuidar la Flor de Equinácea
La equinácea es una hermosa planta silvestre decorativa en su origen. Puedes cultivarla muy fácilmente, utilizando semillas o piezas obtenidas al dividir el arbusto. La planta es una opción ideal para un jardinero principiante porque no es pretenciosa y se adapta muy bien a las condiciones climáticas. La equinácea puede armonizar con otras plantas del jardín. A la planta le gusta el sol, pero puede crecer muy bien en semisombra.
Las plantas ornamentales de equinácea deben colocarse en un lugar soleado y en un suelo arcillo-arenoso, rico en humus. Durante el período de crecimiento de dos o tres meses, la planta necesita grandes cantidades de agua. La división de arbustos se realiza a principios de otoño o en marzo-abril, y las plantas divididas deben ser plantadas inmediatamente en el jardín o en macetas.
La equinácea es una planta perenne, ideal para ser plantada al aire libre. La siembra debe hacerse desde principios de año hasta mayo, y el período de floración comienza a finales de agosto. Podemos encontrar equinácea en flor hasta la primera helada.
La flor de equinácea puede crecer de 2 a 5 pies de altura y de 1 a 2 pies de ancho. Debido al gran tamaño de la planta, se recomienda asegurar un espacio generoso entre los nidos de semillas. Después de plantar las semillas, debes asegurarte de regar de manera constante para que las semillas broten más rápido.
La planta se adapta fácilmente a cualquier condición climática, pero en épocas de sequía, requiere más agua de lo habitual. La planta tiene raíces largas que facilitan la capacidad de almacenamiento de agua, pero no se considera una planta resistente.
El suelo rico favorece el desarrollo ideal y la mágica floración de la flor de equinácea. Se recomienda usar estiércol descompuesto para alimentar la planta de equinácea; como este producto tarda hasta tres años, también puedes elegir usar fertilizante para asegurar las condiciones ideales para tu flor de equinácea.
En el primer año de vegetación, la planta forma solo una roseta llena de hojas. La maravillosa floración ocurre en el segundo año de vida de la planta. Después del primer año de floración, las flores se pueden cosechar año tras año y secar. El secado se puede hacer en espacios especialmente dispuestos, de forma natural, a la sombra y colocadas en una capa delgada.
La equinácea atrae a muchas mariposas debido a las flores coloridas, pero también a aves que se alimentan de sus semillas, así que tendrás un jardín colorido y animado si eliges esta flor.
Efectos Terapéuticos de la Planta de Equinácea
La equinácea se puede utilizar en forma de tintura, polvo o té. El jugo de equinácea se puede administrar para prevenir y curar enfermedades virales o microbianas. Combate el resfriado, la influenza, la bronquitis, otras infecciones del tracto respiratorio y muchas más.
La equinácea juega un papel clave en el apoyo al sistema inmunológico y la función hepática. Además, es un remedio natural efectivo para combatir los ataques de asma. En este sentido, se utiliza como tintura. El té de equinácea es un buen antibiótico para el tracto urogenital, y también es un muy buen desinfectante y analgésico para el dolor localizado causado por infecciones urinarias.
También puedes tratar enfermedades bucales haciendo gárgaras con la tintura de equinácea. Como ungüento o cataplasma, la equinácea estimula la curación de abscesos o forúnculos. Es un potente agente antiviral que combate el virus del herpes simple.
Usado externamente, el té de equinácea puede tratar lesiones superficiales de la piel y puede acelerar el proceso de curación del eczema y la psoriasis. Un estilo de vida sedentario o el embarazo son dos de las principales causas de hemorroides. El extracto de equinácea o la infusión de equinácea alivia el dolor causado por hemorroides, utilizando compresas locales. La equinácea aumenta las secreciones salivales y ayuda en el proceso de digestión. Además, la diarrea y la enteritis se pueden tratar con la ayuda de la planta de equinácea.
Los productos que se basan en equinácea no se recomiendan para diabéticos u otras personas con condiciones crónicas severas, y en enfermedades sistémicas progresivas como la tuberculosis, leucosis, esclerosis múltiple, SIDA, estos productos deben usarse con precaución y solo bajo recomendación médica.
En resumen, la flor de equinácea no solo es hermosa, sino también un verdadero regalo de la naturaleza que nos ayuda a sanar muchas condiciones y aliviar el dolor.